EXPERIENCIA EMPRESARIAL

Decidí incursionar en el mundo de los negocios en el año 2010, con una franquicia especializada en la venta minorista de equipos informáticos. Esta experiencia me permitió conocer la realidad del pequeño comerciante en Barcelona, España, la cual esta permeada y asfixiada por las grandes multinacionales, las restringidas políticas de comercio internacional y la extrema opresión que supone el aparato gubernamental español para toda empresa, traducida en impuestos y obligaciones que en la mayor parte de los casos terminan por destruir muchas iniciativas empresariales. Así mismo pude conocer de primera mano la baja calidad de la atención al cliente de parte de los empresarios españoles, que redunda en un pobre nivel de competitividad nacional e internacional, lo que dos años mas tarde, con la fuerte crisis vivida en España, confirmé.

Esta primera experiencia también me permito darme cuenta de cuáles son mis fortalezas y debilidades como empresaria, y así tomarlas en consideración en otros ámbitos de mi vida. Mi proyecto como empresaria de la informática me permito participar en un programa ejecutado por la Oficina del Treball de la Generalitat de Catalunya, denominado PROJECTA’T, donde viví momentos enriquecedores tanto a nivel intelectual como emocional, compartiendo con personas interesantes, llenas de vida, con ganas de luchar y de salir adelante. La experiencia con PROJECTA me permitió diagnosticar algunas debilidades de mi primer proyecto empresarial, que en su momento no llegué a considerar: excesivo optimismo, mal acompañamiento de parte de la franquicia e iniciar labores con bajo flujo de caja o tesorería.

Preparada para alcanzar mis sueños
A mediados de 2011 comencé un proceso de crecimiento personal, como el águila, me refugie en la montaña más alta, que terminó siendo mi yo interno, y también como el águila me toco arrancarme las uñas, fueron momentos duros y dolorosos, no solo por el hecho de sentirme perdida, sino también porque mi realidad socio-económica familiar, y nacional, no me permitían el lujo de vivir mi duelo tal y como la tristeza me lo exigía, contando además que mi entorno inmediato no lo podía entender, y por ende, brindarme su apoyo.

Después de un tiempo de duros sacrificios personales llegó la luz y entendí cuál era mi lugar, cuál ha sido siempre mi lugar y lo que tenía que hacer: ALCANZAR MIS METAS, siempre subiendo hacia las metas y sueños, construyendo metas y sueños, apoyando metas y sueños; transformando realidades, lo cual plasmé en mi integralidad.

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